NUESTRA PÁGINA EN FACEBOOK |
Estas son algunas sugerencias para rumiar y disfrutar en casa los temas de nuestros encuentros.
Ficha 1: PADRES NIÑOS
página interactiva
Saludo inicial de Justino Testimonio de una madre catequista
También conocido como el “evangelio del reino” el libro de Mateo fue escrito principalmente para probar al pueblo judío que Jesucristo es el Mesías prometido. La escritura de este libro es atribuida a Mateo quien fuera un cobrador de impuestos antes de ser uno de los doce discípulos de Jesús.
Más que cualquier otro libro del evangelio, el libro de Mateo hace mas referencias y citas directas del Antiguo Testamento para poder demostrar cómo Jesús es la encarnación de las palabra de aquellos profetas de la antigüedad.
De igual manera, Mateo describe con lujo de detalle en linaje de David del cual proviene Jesús y utiliza un lenguaje adecuado y pasivo tal y como Jesús lo hizo. El amor y preocupación de Mateo por su gente es evidente en su gran y meticulosa forma de expresarse y de compartir el evangelio.
Leemos en el capítulo 11: texto en audio (mp3)
28 »Vengan
a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré
descanso.
29 Carguen
con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible
y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
30 Porque
mi yugo es suave y mi carga es liviana».
El yugo, (v. 29) era una palabra que se utilizaba para referirse a la Ley de Moisés, que con el paso del tiempo se había sobrecargado de minuciosas prácticas insoportables (cfr Hch 15,10) y, a cambio, no daba la paz del corazón. Por el contrario, Jesús habla a las gentes de su yugo y de su carga: «Cualquiera otra carga te oprime y abruma, mas la carga de Cristo te alivia el peso. Cualquiera otra carga tiene peso, pero la de Cristo tiene alas. Si a un pájaro le quitas las alas, parece que le alivias del peso, pero cuanto más le quites este peso, tanto más le atas a la tierra. Ves en el suelo al que quisiste aliviar de un peso; restitúyele el peso de sus alas y verás como vuela» (S. Agustín, Serm. 126,12).
29 Carguen
con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible
y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana».
El yugo, (v. 29) era una palabra que se utilizaba para referirse a la Ley de Moisés, que con el paso del tiempo se había sobrecargado de minuciosas prácticas insoportables (cfr Hch 15,10) y, a cambio, no daba la paz del corazón. Por el contrario, Jesús habla a las gentes de su yugo y de su carga: «Cualquiera otra carga te oprime y abruma, mas la carga de Cristo te alivia el peso. Cualquiera otra carga tiene peso, pero la de Cristo tiene alas. Si a un pájaro le quitas las alas, parece que le alivias del peso, pero cuanto más le quites este peso, tanto más le atas a la tierra. Ves en el suelo al que quisiste aliviar de un peso; restitúyele el peso de sus alas y verás como vuela» (S. Agustín, Serm. 126,12).
y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.
30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana».
El yugo, (v. 29) era una palabra que se utilizaba para referirse a la Ley de Moisés, que con el paso del tiempo se había sobrecargado de minuciosas prácticas insoportables (cfr Hch 15,10) y, a cambio, no daba la paz del corazón. Por el contrario, Jesús habla a las gentes de su yugo y de su carga: «Cualquiera otra carga te oprime y abruma, mas la carga de Cristo te alivia el peso. Cualquiera otra carga tiene peso, pero la de Cristo tiene alas. Si a un pájaro le quitas las alas, parece que le alivias del peso, pero cuanto más le quites este peso, tanto más le atas a la tierra. Ves en el suelo al que quisiste aliviar de un peso; restitúyele el peso de sus alas y verás como vuela» (S. Agustín, Serm. 126,12).
Comentarios
Publicar un comentario